Vive el presente, no el futuro.

Vive el presente, no el futuro. No esperes a que llegue mañana, disfruta de lo que tienes hoy.

3/09/2012

Acorralada 15

 Había llegado a tiempo. En el coche estuve un buen rato desahogándome, sin darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, sin darme cuenta del tiempo y de nada más que no fuera el sonido de mi risa que llenaba de sonido la noche desolada. Un pequeño sonido alegre en medio de la nada. Pero al darme cuenta de la realidad, regresé en mí y conduje tan rápidamente como pude. No quería perdermela.Y menos en su día de estreno.
 El cine. Tan abarrotado de gente como siempre. La cola era inmensa. Incluso a las once menos algo de la noche. Miré el horario nuevamente y efectivamente, mi película comenzaba dentro de diez minutos. Minutos que perdería en la cola. Resignada y con pocas ganas de que más gente se pusiera en la cola caminé rapidamente hacia el final de la cola más pequeña. Me daría el tiempo justo. El grupo que estaba justo delante mía se movió fuera de la cola impacientes y yo avancé gustosamente en la cola.
 Cuando llegó mi turno elegí la película de Ghost Rider: Espíritu de Vengaza. Había visto las películas anteriores. Y era una serie que me gustaba. Hacía tiempo que no estrenaban niguna nueva y entonces, al enterarme de que se había hecho una nueva película de la serie me animé rápidamente a verla. Era perfecto. Caminé hacia las salas de cine con mi paquete de roscas ya en las manos y mi bebida en la otra. Dentro de mi bolso tenía una bolsita de golosinas y un chupa chups, algo indispensable para mí siempre que venía a ver una peli al cine.
 El chico del uniforme, el jovencito cortó mi entrada y pude entrar en la sala de cine. El número cinco cuyo cartel rezaba el nombre de mi película. La sala ya estaba oscura, pero por la iluminación de la publicidad de la pantalla pude ver perfectamente que la sala estaba tal y como me gustaba. Media llena. Ni poca gente ni mucha. Las justas y necesarias. Al tener la entrada no numerada pude sentarme donde quise y elegí la fila de en medio, justo en el centro. Estaba yo sola en la fila doce, pero no me importó. Delante de mi habían un par de parejas acurrucadas de adolescentes y otras cuantas de mi edad o mayores que yo. Detrás de mí, desgraciadamente, se había instalado unos chicos que no paraban de gritar desde la última fila y de reírse a carcajadas. Adolescentes sin educación. Yo cuando tenía su edad era igual. Cuando era una chiquillaja de quince o dieciseis años también formaba parte de un grupito como ese. Chicos guapos, chulos y graciosos que se reían y bromeaban con las tías, retándonos unos a otros a ver quien era el primero en enrollarse con su pareja en una peli romántica o quien de las chicas era la primera en gritar en una de miedo. Éramos tan escandalosos como los que ahora tenía detrás de mí. Y hasta hace uno o dos años no me había dado cuenta de cuán molesto resultaba eso a las demás personas de la sala. Claro que, uno siempre podía llamarles la atención y decirles que hablaran más bajo, pero entonces no te dejarían en paz el resto de la noche.
 Suspiré fuertemente de nuevo. Tampoco hacía tanto tiempo de eso para mí, realmente, pero ahora me pareció una eternidad cuando tenía tantos amigos a mi alrededor que se preocupaban por mí y cuando tenía tanta compañía que a veces me agobiaba. Antes de que todo cambiara y tuviera que ponerme a trabajar. El trabajo quitaba mucho tiempo y con ello poco a poco la amistad de los que antes eran mis amigos se fufe disolviendo.
 Detuve mis pensamientos bruscamente al darme cuenta de que la película estaba comenzando. Y me metí el primer puño de roscas saladitas en la boca. Me dejó los restos en los labios y me los relamí, saboreando la sal. Sonreí para mí misma.

 La película era emocionante. Aún no había acabado y yo ya me había comido las golosinas y las roscas. Devoraba la comida viendo las películas, sin darme cuenta. En una parte de la película, sentí que había alguien en la butaca de atrás y rebusqué en mi bolso disimulando mientras miraba y me volví rápidamente hacia adelante estupefacta. Los chicos de los que tanto llevaba quejándome toda la película estaban justo en las butacas de detrás mía. Puse los ojos en blanco. No había sido tan buena idea la de venir, al fin y al cabo. No por el hecho de que aquellos chiquillajes se comportaran como idiotas, sino por el hecho de que empezaba a sudar y el estomágo se me había revuelto peligrosamente.
 Vi entonces como el protagonista, Johnny Blaze se convertía nuevamente en esqueleto y su cuerpo comenzó a llamaer, y fue entonces cuando sentí que mi butaca que se movía bruscamente por culpa de alguno de los de atrás. Giré mi cara bruscamente, sin disimular, ligeramente hacia un lado y vi la zuela de los zapatos de algún cochino. ¿Qué se creía? ¿Que yo era su jueguetito? "Por favor, no pienso aguantar esto. Es de críos. Yo no soy una niña chica."
 Asique giré mi cara para llamarles la atención y.......

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